La estrepitosa caída de un tirano comunista

MUNDO.- Hace 30 años, durante la víspera de Navidad, se suscitó en Bucarest la vertiginosa caída, enjuiciamiento y fusilamiento del dictador comunista de Rumanía, Nicolae Ceaucescu, ejecutado por un pelotón junto a su esposa el 25 de diciembre de 1989.

Controló tiránicamente la llamada República Socialista de Rumania durante 22 años (desde 1967), hasta su ejecución, siendo Secretario General del Partido Comunista Rumano en el periodo 1965-1989.

Resultó sorprendente que solo pasaran cuatro días entre dos escenas: La primera fue el 21 de diciembre de 1989 cuando un Nicolae Ceaucescu aparece asomado en el balcón del Palacio Presidencial de Bucarest acompañado de su esposa Elena y varios dirigentes del Partido Comunista Rumano. Abajo, en la plaza central, la multitud iniciaba una rechifla dando comienzo a las protestas. El dictador sorprendido se acercó al micrófono para anunciar: «Esta mañana hemos decidido que, durante el próximo año, aumentaremos el salario mínimo», esa promesa era demasiado tardía.

Nicolae Ceaucescu y su esposa Elena. (Derecha): Imagen del dictador luego de ser ejecutado.

La segunda escena fue el 25 de diciembre: los cadáveres del dictador y su mujer aparecen tirados en el suelo, en medio de un charco de sangre, junto a una pared, segundos después de haber sido acribillados. Tenían los ojos abiertos, sin vida.

Fueron solo cuatro días en los que Rumanía cerró de un portazo una larga etapa en la que su población había sido oprimida, explotada, masacrada y matada de hambre «por la dictadura más feroz que había conocido Europa desde, probablemente, la del tirano soviético Joseph Stalin.

Por: Redacción